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mercredi 28 décembre 2011

UNA CONFESIÓN

Como nada de esto tiene sentido,
como la memoria es una soga,
como tú y yo estamos ciegos,
tengo que confesar:
Caminé. Cuando pensé
que la tierra bajo mis pies
era un camino, caminé
hasta llegar a la costa
y pasé la noche ahí
oyendo el agua,
expuesto a la luz de las estrellas
de millones de años. 

2
El invierno era el entierro de un niño,
la primavera, una comida silenciosa,
el verano
un cuarto lleno de entretenimientos.
¿Por cuántos cientos de años
los pintores recurrieron a un jarrón como éste,
a la luz filtrándose por entre los pétalos
para describir el mundo?
Las sencillas flores de Renoir y de van Gogh
en un sencillo florero.
Estás pintando ahora, nuevamente
para llenar el espacio.

3
En aquellos primeros días yo también
elegí el silencio. Parecía, al principio,
más honesto que forzar palabras
tras lo cual – más silencio.
Pero estas noches la puerta permanece
abierta entre mundos opuestos:
uno en el que todavía soy tu hombre
y estoy contento de serlo,
pero otro en el que un barco sin nombre,
desatado de sus amarras,
se aleja a la deriva del puerto
hacia la incertidumbre.

Pat Boran
Irlanda - 1963 
                                  Leído en: Poema del día - Escuela de Poesía Grupo Cero

dimanche 18 décembre 2011

Taller de lectura - Ibiza -

                                              Volver a los textos, los antiguos, se trate de la Biblia,
                               de Hölderlin, de Balzac o de Freud, es una buena manera
                                 de irritarse, a ellos los Grandes, los sabios,
                                   les pesaba en su vida lo mismo que a mí o a ti.”
                                                                                      María Chévez

           LA ODISEA de HOMERO  
   
                  EL BANQUETE de PLATON

                                     Lunes de 19h a 20h
                          a partir del 9 de enero 2012 

           Reserve su plaza al 649.920.169 
                               o al 971.19.34.81


Organiza Aula de repaso e idiomas – IBIZA
C/Fray Vicente Nicolás

Aun menos que reliquias

Son apenas dos piedras.
Nada más que dos piedras sin inscripción alguna,
recogidas un día para ser sólo piedras en el altar de la
memoria.
Aun menos que reliquias, que testigos inermes hasta el juicio
final.
Rodaron hasta mí desde las dos vertientes de mi genealogía,
más remotas que lapas adheridas a ciegas a la prescindencia y al sopor.
Y de repente cierto matiz intencionado,
cierto recogimiento sospechoso entre los tensos bordes a
punto de estallar,
el suspenso que vibra en una estría demasiado insidiosa,
demasiado evidente,
me anuncian que comienzan a oficiar desde los anfiteatros
de los muertos.

¿A qué aluden ahora estas dos piedras fatales, milenarias,
con sus brillos cruzados como la sangre que se desliza por mis venas?
A fábulas y a historias, a estirpes y a regiones
entretejidas en un solo encaje desde los dos costados del
destino
hasta la trama de mis huesos.

Exhalan otra vez ese tiempo ciclópeo en que los dioses eran
mis antepasados
-malhechores solemnes, ocultos en la ola, en el volcán y en
las estrellas,
bajaron a la isla a trasplantar sus templos, sus represalias,
sus infiernos-
y también esos siglos de las tierras hirsutas, emboscadas en el ojo del zorro,
hambrientas en el bostezo del jaguar, inmensas en el cambio
de piel de la serpiente.
Pasan héroes de sandalias al viento y monstruos confabulados con la roca,
pueblos que traficaron con el sol y pueblos que sólo fueron
dinastías de eclipses,
invasiones tenaces como regueros de hormigas sobre un mapa
de coagulada miel;
y aquí pasan las nubes con su ilegible códice, excursiones
salvajes,
y el brujo de la tribu domesticando a los grandes espíritus
como un encantador de pájaros
para que hablen por el redoble de la lluvia, por el fuego o el
grano,
por la boca colmada de la humilde vasija.
En un friso de nieblas se inscribe la mitad confusa de mi
especie,
mientras cambian de vestiduras las ciudades o trepan las
montañas o se arrojan al mar,
sus bellos rostros vueltos hacia el último rey, hacia el último
éxodo.

Un cortejo de sombras viene del otro extremo de mi herencia,
llega con el conquistador y funda las colonias del odio, de la
espada y la codicia,
para expropiar el aire, los venados, los matorrales y las almas.
Se aproxima una aldea encallada en lo alto del abismo igual
que un arca rota,
una agreste corona que abandonó el normando y recogieron
los vientos y la cabras,
mucho antes que el abuelo conociera la risa y los brebajes
para expulsar los males
y la abuela, tan alta, enlutara su corazón con despedidas y
desgastara los rosarios.
Ahora se ilumina un caserío alrededor del espinillo, el ciego
y el milagroso santo;
es polvareda y humo detrás de los talones del malón, de los
perros extraídos del diablo,
poco antes que el abuelo disfrazara de fantasmas las viñas, los
miradores, los corrales,
y la abuela se internara por bosques embrujados a perseguir el
ave de los siete colores
para bordar con plumas la flor que no se cierra.
Y allá viene mi padre, con el océano retrocediendo a sus
espaldas.
Y allá viene mi madre flotando con caballos y volanta.
Yo estoy en una jaula donde comienza el mundo en un
gemido y continúa en la ignorancia.

Pero detrás de mí no queda nadie para seguir hilando la trama
de mi raza.
Estas piedras lo saben, cerradas como puños obstinados.
Estas piedras aluden nada más que a unos huesos cada vez
más blancos.
Anuncian solamente el final de una crónica,
apenas una lápida.


OLGA OROZCO

Argentina, 1920

Conversaciones
Miguel Oscar Menassa

samedi 17 décembre 2011

SIETE CONFERENCIAS DE PSICOANÁLISIS EN LA HABANA. CUBA - Miguel Oscar Menassa

Este libro recientemente editado ha visto la luz en forma inmediata al dictado de las conferencias que le da título.
Indispensable tanto para especialistas como para neófitos que deseen acceder a una versión genuina y sin concesiones sobre el Psicoanálisis y con él a los pensamientos más vigentes de nuestro tiempo sobre la sexualidad, la creación, las posibilidades múltiples de la transformación a que nos aboca esta disciplina generada en nuestro siglo y dispuesta ya a atravesar sus confines para penetrar en las propuestas del siglo XXI.
Un lenguaje preciso y eficaz hace asequibles las mayores complejidades ante las cuales este nuevo saber nos dispone.
Miguel Oscar Menassa, su autor nos permite un paseo por los conceptos y las ideas a través de una versión específicamente articulada y acuñada en treinta años de trabajo y publicaciones ininterrumpidas alrededor de estos temas.
Logra, sin duda, actualizar y poner en su lugar los pensamientos de una Cuba algo desamparada por el Psicoanálisis, a pesar de las dificultades que pueda presentar un pensamiento, al respecto, detenido.
Menassa va movilizando en sus Siete Conferencias la palabra
y la imaginación.
Presente en su discurso la transmisión, es capaz de transitar un deseo capaz de convocar a una red invisible de entusiastas y  practicantes de esta ciencia contemporánea.
El esfuerzo por acercarla a oídos casi vírgenes hace de su decir un camino sin los obstáculos de frases trajinadas.
El autor también consigue ofrecernos los temas más arduos con sencillez y belleza, sin reducciones ni concesiones, con la calidez peculiar de su discurso.
Este libro «dicho» en el calor del trópico es un texto abierto y libre para ser leído y entendido en cualquier geografía, en cualquier idioma.
Como el mismo Psicoanálisis, como el mismo autor lo dice en estas Conferencias de La Habana: Todo progreso en el hombre produce zozobra, para agregar en otro lugar de este texto que comentamos: Cuando le quito grandiosidad, se vuelve normal.
Poner al alcance de cualquier lector la realidad, la velocidad, el vértigo de la apuesta psicoanalítica es lo que logra Miguel Oscar Menassa en sus Siete Conferencias en La Habana. Esfuerzo y destreza en los que evidentemente la Editorial Grupo Cero quiso estar presente, brindando al público lector este libro de nuestra realidad más candente.

Madrid 1997


                                                                                

samedi 10 décembre 2011

POSTRE DE DULCE DE LECHE CON TARANTELLA NAPOLITANA


ODA AL BLOG FIDEOS AL PESTO.

POSTRE DE DULCE DE LECHE CON TARANTELLA NAPOLITANA

Escucho a Rosini en la voz de Carusso,
esta tarantella que se mete en la sangre
con su ritmo de yegua en pleno trote,
el mismo que le imprimen mis caderas
a tus desaforadas, floridas estaciones.
.
Mientras dejo que las galletas de chocolate,
el fruto del frondoso cacaotero,
alimento de dioses mayas de poderoso efecto afrodisíaco
-cuando se pronuncian sus sílabas en buena compañía-
se empapen en silencio en rico café expreso,
elixir de los monjes capuchinos
que sabían gozar de terrenos placeres, además de sus rezos. 
Y ahora el logro de la ciencia culinaria que es el dulce de leche,
se derrama en el plato dejando el blanco tesoro de las ubres
de una búfala en celo: delicioso Mascarpone
manchado para siempre con el color canela de tu piel.
.
Copulan en el cuenco leche de glándulas nectarias de la argentina pampa
con la destilación de preñadas búfalas de las llanuras italianas,
al son de mis muñecas poseídas por la tarantella,
y el trote del batir se hace galope al ritmo de Carusso.
.
Después de colocar las galletas empapadas, mujeres lúbricas
en el recipiente que las espera, las corono sin posibilidad de abdicación,
con el resultado canela de la cópula, y repitiendo dos veces el conjuro,
peino la cima de esta planicie conseguida de continentes hermanados:
la anciana y bella Europa y la creciente y pletórica vegetación americana.
.
derramo el dulce que resta hasta cubrirla,
y hago que las nueces traviesas, pequeños cerebritos,
recorran superficies del perenne deseo acontecido entre cucharas.

.
Y te dejo que me digas que estoy para comerme,
te dejo que me llames bomboncito, y que me muerdas,
mientras el frigorífico atempera la mezcla,
que ambos devoraremos a nuestro despertar,
para saciar un hambre de otra índole.
Alejandra Menassa 
  

                                                      
   

ODA A FIDEOS AL PESTO

                                                                                
No sabía que te iba a conocer,
he recorrido el mundo y he girado
hasta encontrar esos fideos
esas infinitas formas del placer oral
Comer es un placer
oral, mineral, descomunal,
tal vez frugal, tal vez pantagruélico.
Insaciable es el gozar,
no importa el pan
cuando la música marca el paso
entrecorta el beso,
suspendido por un instante.
El peso que acontecerá,
no sopesa ni repesa.
Fidáws, Nodus, noodle, hilo,
en mozárabe, latín, inglés, chino,
en la mesa nada importa.
Quien lo sabe, quien no lo sabrá,
más de 4.000 años hace ya.
Entre el fideo y la boca está la pasión.
pasión perdida y encontrada
maniatada por fulgores errantes
exprimida por remordimientos vanos.
Entre el fideo y la música está el amor
amor que vierte sus zumos en mi oído
abierto a penetrantes vibraciones
recorriendo mi cuerpo ahíto.

Amelia Diez Cuesta 

vendredi 9 décembre 2011

POEMA EQUIDISTANTE

No sólo querían dominar al que caía de sus propias manos,
querían su claudicación por escrito y en lengua extranjera.
No sólo querían inventar el mundo y la política,
querían que no existiera nada antes de ellos mismos.
Parsimonias incesantes cautivaban sus regazos,
vértigos carismáticos se escudaban marchitos
en una sucesión interminable de decisiones rotas
que latían a espaldas de cada miembro incivil.
Pueblos insolentes y aburguesados
se escondían entre escombros de diseño,
hablaban de lo incomprensible y se abandonaban
en las garras majestuosas de la falta de misterio.
No reces y trabaja duro, no pienses y lee poesía,
no recuerdes y escribe, no dudes y aúlla sin parar.
Después cuando crezcas en esa dirección desconocida
te darás cuenta que eres un existente, una ráfaga
imperturbable, una cuestión sin puertas,
un hombre, una mujer, naciendo en todas direcciones.

AMELIA DÍEZ CUESTA 

 

dimanche 4 décembre 2011

LA MAESTRIA ET MOI de MIGUEL OSCAR MENASSA



                                            MIGUEL OSCAR MENASSA
Madrid 2011
Couverture de Clémence Loonis
Traduction de Claire Deloupy
avec la collaboration de Clémence Loonis        

                                                       

dimanche 13 novembre 2011

"Paradis" - Booba



Parole de Paradis:

[Intro]
S2KEYZ

[Couplet 1]
Le jour de gloire est arrivé, enfants de la patrie
Kalashnikov chargé, toujours de la partie
Mais la patrie n'aime pas les négros, ça on ne me l'a pas dit
Alors je crache mon venin sur la basse et la batterie
N'aie pas peur de la vitesse quand c'est moi le conducteur
Ma tristesse au fond du chargeur et au fond du cœur
Parce que je pense qu'à crâner, j'vais sûrement cramer
Peu importe où j'irai, je serai thug à jamais
J'affronte les péripéties, intempéries de la vie
J'en suis ravi, tant que mes proches sont à l'abri
Promettez-moi qu'ils iront tous au paradis
Soldats 9.2.I, 92e Compagnie

[Refrain]
Mon rap a été crucifié à en devenir Christ, Christ
Libre à en crever, rire à en devenir triste
Fuck le samedi, le lundi, le mardi
Sautons sans parapluie, allons au paradis
N'écoute pas B.2.O, ne fais pas ce que Mala dit
Génération Mad Max, armé sous la gabardine
Taffer de 9 à 5, pour moi c'est pas la vie
Tuez-moi tout de suite, emmenez-moi au paradis

[Couplet 2]
Élevé parmi les drogués, les bandits, les malfrats
J'ai grandi sur du Bob, Sugarhill Gang et du Alpha
J'ai fait le tour de cette salope de planet Earth
En manque d'affection, j'ai fourré un pute à 600 Eurs
J'ai fait du trafic de substances chimiques
J'ai créé Lunatic, j'ai fait de la musique
Ennemi public, j'ai fait dans l'illicite
Ils ont cramé mon équipe, ma clique est magnifique
Mon sort j'm'en bats les reins
Pourvu qu'les miens s'en sortent
J'préfère mourir à se-l'ai que vivre en galérien
Je n'emporterai nada, j'le sais mais peu importe
J'vais leur faire le hala avant d'claquer la porte

[Refrain]
Mon rap a été crucifié à en devenir Christ, Christ
Libre à en crever, rire à en devenir triste
Fuck le samedi, le lundi, le mardi
Sautons sans parapluie, allons au paradis
N'écoute pas B.2.O, ne fais pas ce que Mala dit
Génération Mad Max, armé sous la gabardine
Taffer de 9 à 5, pour moi c'est pas la vie
Tuez-moi tout de suite, emmenez-moi au paradis

[Couplet 3]
N'écoute pas B.2.O, ne fais pas ce que Mala dit
J'viens d'acheter en enfer un petit coin de paradis
Ça investit à Dubaï, Abou Dabi
J'aime moins me battre depuis qu'j'ai de nouveaux habits
Peau de serpent sur les chaussures, sang d'porcs collé au schlass
Rapper toute cette haine, gros, c'est comme frapper au sac
Viens pas vendre ta 0.9 ici, coupée au plâtre
Négro fut pharaon, se fit sucer par Cléopâtre
Je l'ai serré si fort, je lui ai cassé le dos
Brisé les omoplates, 500 € l'ostéopathe
Qu'est-ce que sait faire mon peuple, à part grimper aux arbres,
Te racketter à la récré et appeler aux armes ?

[Refrain]
Mon rap a été crucifié à en devenir Christ, Christ
Libre à en crever, rire à en devenir triste
Fuck le samedi, le lundi, le mardi
Sautons sans parapluie, allons au paradis
N'écoute pas B.2.O, ne fais pas ce que Mala dit
Génération Mad Max, armé sous la gabardine
Taffer de 9 à 5, pour moi c'est pas la vie
Tuez-moi tout de suite, emmenez-moi au paradis

(Merci à Mousbair pour cettes paroles et à Azioeuez pour cettes corrections)

mardi 8 novembre 2011

"El cuadro debe ser fecundo" - Joan Miró

En un cuadro hay que poder descubrir cosas nuevas cada vez que se mira. Pero puede mirarse un cuadro durante una semana y no pensar en él nunca más. También se puede mirar un cuadro durante un segundo y recordarlo toda la vida. Para mí, un cuadro ha de ser como descargas. Ha de deslumbrar como la belleza de una mujer o de un poema. Ha de tener una radiación, ha de ser como esas piedras que los pastores del Pirineo utilizan para encender la pipa.
Más que el cuadro mismo, lo que cuenta es lo que lanza al aire, lo que derrama. No importa que el cuadro se destruya. Ya puede morir el arte, que lo que cuenta es que haya esparcido sus gérmenes en la tierra. El surrealismo me gustó porque los surrealistas no consideraban la pintura como una finalidad. Más que preocuparnos por que una pintura permanezca tal como es, debemos preocuparnos por que una pintura deje gérmenes, que esparza semillas que hagan nacer otras cosas.
El cuadro debe ser fecundo. Tiene que hacer nacer un mundo. No importa si hay flores, personajes, caballos, si revela un mundo, algo viviente.
Dos y dos no son cuatro. Sólo son cuatro para los contables, pero eso no es suficiente; el cuadro lo debe dar a entender: ha de fecundar la imaginación.
No excluyo la posibilidad de que, al mirar uno de mis cuadros, un hombre de negocios descubra la manera de hacer un negocio o un sabio, la manera de resolver un problema.
La solución que constituye el cuadro es una solución de orden general aplicable a toda clase de ámbitos distintos.

Joan Miró


samedi 5 novembre 2011

NUMERACIÓN ARÁBIGA


El sistema corriente de notación numérica que es utilizado hoy en casi todo el mundo es la numeración arábiga. Este sistema fue desarrollado primero por los hindúes hacia el siglo III a. C. En aquella época, los guarismos* 1, 4 y 6 se escribían de forma casi igual a los que hoy se usan. La numeración hindú pasó al mundo árabe alrededor del siglo VII u VIII d. C. La primera referencia escrita del uso de este tipo de numeración en Europa data del año 976.

La innovación más importante del sistema arábigo de numeración fue el uso de la notación posicional, en la que los símbolos individuales cambian su valor según su posición en el número escrito. Sólo es posible utilizar la notación posicional si existe un símbolo para el cero. El guarismo 0 permite distinguir entre 11, 101 y 1.001 sin tener que utilizar símbolos adicionales. Además, todos los números se pueden expresar utilizando sólo diez guarismos, del 1 al 9 más el 0. La notación posicional simplifica todos los tipos de cálculo numérico por escrito.

*Cada uno de los signos o cifras arábigas que expresan una cantidad.

AUTOBIOGRAPHIE - NAZIM HIKMET

Je suis né en 1902
Je ne suis jamais revenu dans ma ville natale
Je n'aime pas les retours.
A l'âge de trois ans à Alep, je fis ma profession de petit-fils de pacha
à dix-neuf ans, d'étudiant à l'université communiste à Moscou
à quarante-neuf ans à Moscou, d'invité du Comité Central,
et depuis ma quatorzième année, j'exerce le métier de poète
Il y a des gens qui connaissent les diverses variétés de poissons
moi celles des séparations.
Il y a des gens qui peuvent citer par cœur le nom des étoiles,
moi ceux des nostalgies.
J'ai été locataire et des prisons et grands hôtels,
J'ai connu la faim et aussi la grève de la faim et il n'est pas de mets dont j'ignore le goût.
Quand j'ai atteint trente ans on a voulu me pendre,
à ma quarante huitième année on a voulu me donner le Prix mondial de la Paix
et on me l'a donné.
Au cours de ma trente-sixième année, j'ai parcouru en six mois quatre mètres carrés de béton.
Dans ma cinquante-neuvième année j'ai volé de Prague à La Havane en dix-huit heures.
Je n'ai pas vu Lénine, mais j'ai monté la garde près de son catafalque en 1924.
En 1961 la mausolée que je visite, ce sont ses livres.
On s'est efforcé de me détacher de mon Parti
ça n'a pas marché
Je n'ai pas été écrasé sous les idoles qui tombent.
En 1951 sur une mer, en compagnie d'un camarade, j'ai marché
vers la mort.
En 1952, le cœur fêlé, j'ai attendu la mort quatre mois allongé
sur le dos.
J'ai été fou de jalousie des femmes que j'ai aimées.
Je n'ai même pas envié Charlot pour un iota.
J'ai trompé mes femmes
Mais je n'ai jamais médit derrière le dos de mes amis.
J'ai bu sans devenir ivrogne,
Par bonheur, j'ai toujours gagné mon pain à la sueur de mon front.
Si j'ai menti c'est qu'il m'est arrivé d'avoir honte pour autrui,
J'ai menti pour ne pas peiner un autre,
Mais j'ai aussi menti sans raison.
J'ai pris le train, l'avion, l'automobile,
La plupart des gens ne peuvent les prendre.
Je suis allé à l'opéra
la plupart des gens ne peuvent y aller et en ignorent même le nom,
Mais là où vont la plupart des gens, je n'y suis pas allé depuis 1921 :
à la Mosquée, à l'église, à la synagogue, au temple,
chez le sorcier,
mais j'ai lu quelquefois dans le marc de café.
On m'imprime dans trente ou quarante langues
Mais en Turquie je suis interdit dans ma propre langue.
Je n'ai pas eu de cancer jusqu'à présent,
On n'est pas obligé de l'avoir
je ne serai pas Premier ministre, etc.
et je n'ai aucun penchant pour ce genre d'occupation.
Je n'ai pas fait la guerre,
Je ne suis pas descendu la nuit dans les abris,
Je n'étais pas sur les routes d'exode,
sous les avions volant en rase-mottes,
mais à l'approche de la soixantaine je suis tombé amoureux.
En bref, camarade,
aujourd'hui à Berlin, crevant de nostalgie
comme un chien,
Je ne puis dire que j'ai vécu comme un homme
mais le temps qu'il me reste à vivre,
et ce qui pourra m'arriver
qui le sait ?
 

Berlin-Est, le 11 septembre 1961


jeudi 25 août 2011

JE SUIS UN HOMME MODERNE

 
Je suis un homme moderne.
Les pieds et les mains liés je décide
le vol.

Au début je me traînerai
et avec le temps
je pourrai lever un peu la tête.

Je verrai le ciel.
Le cosmos infini sera
mes petites chaînes et mes baves.

Au début je trouverai du pain
et on me le volera.
Ensuite
j'apprendrai à en prendre soin.
Une autre chaîne de plus
et ainsi avec le temps je pourrai
prendre soin de mon argent.

Un autre chaînon se ferme et un
autre encore
et j'aurai des enfants, mes enfants
et il me faudra trouver
du pain pour eux
et apprendre à en prendre soin.

Et tandis que je veille sur mon pain
et que je ne laisse personne
prendre mon argent
il me faudra
de l'éducation pour mes enfants
pour que le cosmos infini soit
leurs petites chaînes et leurs baves.

Et il faudra aussi que je trouve un
amour
comme on trouve les postes de
travail
et prendre soin de cet amour comme
de ma propre vie
et ce n'est pas
un chaînon qui se ferme sur moi
mais
les propres tentacules de la mort.

Miguel Oscar Menassa - « La Poésie et moi »


                                                     La perle de la sagesse - MOM

vendredi 12 août 2011

Saboreando las últimas lágrimas


Sé que me esperas

En el punto cero de lo eterno
tras las nubes,
melancolía del alma,
sé que me esperas.

He dejado caer
uno por uno
los pétalos del dolor.

Tu recuerdo
lo engarzo en un poema;
el viento con tu canto,
mi aliento, tus alas,
me llevan para pedirte
que vuelvas.



Eramos un pensamiento silencioso
A los "Enfants terribles"


Eludíamos cualquier intento de crecer.
La primavera nos sorprendió:
sólo crecía el rosal.

Lo muerto sublevó palabras
para que el aire se estremezca
en un giro preciso.

Y vino el adiós,
restitución presente.

Las playas bordaron entonces,
otro viaje,
una ruptura.

Para seguir volando,
fue necesario
cualquier intento de crecer,
cada palabra.



Poema para romper el silencio
A Laurence mi hermana

Arrebato de íntimo destino,
tu muerte, hasta hoy,
me dejó -también a mí-
sin palabra.

Un silencio, tiempo
donde marcar para siempre
las horas de la mañana
cuando tú,
por ese camino que recuerdo,
ibas, sola, buscando ser nada.



Saboreando las últimas lágrimas

El viento es mi canto,
tan gris que hay que perdonarle
el murmullo de tu ausencia.

Te escribo con la máquina de coser,
con el patrón de mi pasado.
Surcando mar y porvenir,
una pluma persigue tu aliento.

Tracé caminos
en el fuego.
Dejé llaves
en el pozo de los recuerdos.
El letrero del hotel
ilumina la noche;
entre sábanas
duerme el amor.


Bajo esa lluvia de hierro

Van solitarios por el mundo;
olvidaron el pasado,
construyeron espejos
donde caer en una ilusión.

En silencio,
la ira sobrevuela el mundo.


Como si fuera yo

El tiempo arranca recuerdos,
tu sonrisa lejana,
la patera vacía.

Un sol, como si fuera único,
deja entrar
el cielo que me separa de ti,
inefable fuego
tocando la muerte.


Yo recuerdo
Al Doctor Leciak

Yo recuerdo
antiguamente
a un hombre.
Tanta luz pasó desde entonces...

Yo recuerdo,
tatuada en sus ojos,
mi suerte.


Poema

El hilo desafía al tiempo.
Hijos de Ariadna,
tejemos la mirada, otras palabras.

Velo entre luz y sombra,
humanidad.

                                       Ibiza el 12.08.2011

                                                                A lomos del viento
                                                             Miguel Oscar Menassa

vendredi 5 août 2011

Edgar Allan Poe: "Le Corbeau" - Traduction de Charles Baudelaire

« Une fois, sur le minuit lugubre, pendant que je méditais, faible et fatigué, sur maint précieux et curieux volume d’une doctrine oubliée, pendant que je donnais de la tête, presque assoupi, soudain il se fit un tapotement, comme de quelqu’un frappant doucement, frappant à la porte de ma chambre. « C’est quelque visiteur, — murmurai-je, — qui frappe à la porte de ma chambre ; ce n’est que cela, et rien de plus. »
.
Ah ! distinctement je me souviens que c’était dans le glacial décembre, et chaque tison brodait à son tour le plancher du reflet de son agonie. Ardemment je désirais le matin ; en vain m’étais-je efforcé de tirer de mes livres un sursis à ma tristesse, ma tristesse pour ma Lénore perdue, pour la précieuse et rayonnante fille que les anges nomment Lénore, — et qu’ici on ne nommera jamais plus.
.
Et le soyeux, triste et vague bruissement des rideaux pourprés me pénétrait, me remplissait de terreurs fantastiques, inconnues pour moi jusqu’à ce jour ; si bien qu’enfin, pour apaiser le battement de mon cœur, je me dressai, répétant : « C’est quelque visiteur qui sollicite l’entrée à la porte de ma chambre, quelque visiteur attardé sollicitant l’entrée à la porte de ma chambre ; — c’est cela même, et rien de plus. »
.
Mon âme en ce moment se sentit plus forte. N’hésitant donc pas plus longtemps : « Monsieur, — dis-je, — ou madame, en vérité j’implore votre pardon ; mais le fait est que je sommeillais, et vous êtes venu frapper si doucement, si faiblement vous êtes venu taper à la porte de ma chambre, qu’à peine étais-je certain de vous avoir entendu. » Et alors j’ouvris la porte toute grande ; — les ténèbres, et rien de plus !
.
Scrutant profondément ces ténèbres, je me tins longtemps plein d’étonnement, de crainte, de doute, rêvant des rêves qu’aucun mortel n’a jamais osé rêver ; mais le silence ne fut pas troublé, et l’immobilité ne donna aucun signe, et le seul mot proféré fut un nom chuchoté : « Lénore ! » — C’était moi qui le chuchotais, et un écho à son tour murmura ce mot : « Lénore ! » — Purement cela, et rien de plus.
Rentrant dans ma chambre, et sentant en moi toute mon âme incendiée, j’entendis bientôt un coup un peu plus fort que le premier. « Sûrement, — dis-je, — sûrement, il y a quelque chose aux jalousies de ma fenêtre ; voyons donc ce que c’est, et explorons ce mystère. Laissons mon cœur se calmer un instant, et explorons ce mystère ; — c’est le vent, et rien de plus. »
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Je poussai alors le volet, et, avec un tumultueux battement d’ailes, entra un majestueux corbeau digne des anciens jours. Il ne fit pas la moindre révérence, il ne s’arrêta pas, il n’hésita pas une minute ; mais, avec la mine d’un lord ou d’une lady, il se percha au-dessus de la porte de ma chambre ; il se percha sur un buste de Pallas juste au-dessus de la porte de ma chambre ; — il se percha, s’installa, et rien de plus.
Alors cet oiseau d’ébène, par la gravité de son maintien et la sévérité de sa physionomie, induisant ma triste imagination à sourire : « Bien que ta tête, — lui dis-je, — soit sans huppe et sans cimier, tu n’es certes pas un poltron, lugubre et ancien corbeau, voyageur parti des rivages de la nuit. Dis-moi quel est ton nom seigneurial aux rivages de la Nuit plutonienne ! » Le corbeau dit : « Jamais plus ! »
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Je fus émerveillé que ce disgracieux volatile entendît si facilement la parole, bien que sa réponse n’eût pas un bien grand sens et ne me fût pas d’un grand secours ; car nous devons convenir que jamais il ne fut donné à un homme vivant de voir un oiseau au-dessus de la porte de sa chambre, un oiseau ou une bête sur un buste sculpté au-dessus de la porte de sa chambre, se nommant d’un nom tel que Jamais plus !
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Mais le corbeau, perché solitairement sur le buste placide, ne proféra que ce mot unique, comme si dans ce mot unique il répandait toute son âme. Il ne prononça rien de plus ; il ne remua pas une plume, — jusqu’à ce que je me prisse à murmurer faiblement : « D’autres amis se sont déjà envolés loin de moi ; vers le matin, lui aussi, il me quittera comme mes anciennes espérances déjà envolées. » L’oiseau dit alors : « Jamais plus ! »
Tressaillant au bruit de cette réponse jetée avec tant d’à-propos : « Sans doute, — dis-je, — ce qu’il prononce est tout son bagage de savoir, qu’il a pris chez quelque maître infortuné que le Malheur impitoyable a poursuivi ardemment, sans répit, jusqu’à ce que ses chansons n’eussent plus qu’un seul refrain, jusqu’à ce que le De profundis de son Espérance eût pris ce mélancolique refrain : Jamais, jamais plus !
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Mais, le corbeau induisant encore toute ma triste âme à sourire, je roulai tout de suite un siège à coussins en face de l’oiseau et du buste et de la porte ; alors, m’enfonçant dans le velours, je m’appliquai à enchaîner les idées aux idées, cherchant ce que cet augural oiseau des anciens jours, ce que ce triste, disgracieux, sinistre, maigre et augural oiseau des anciens jours voulait faire entendre en croassant son Jamais plus !
Je me tenais ainsi, rêvant, conjecturant, mais n’adressant plus une syllabe à l’oiseau, dont les yeux ardents me brûlaient maintenant jusqu’au fond du cœur ; je cherchais à deviner cela, et plus encore, ma tête reposant à l’aise sur le velours du coussin que caressait la lumière de la lampe, ce velours violet caressé par la lumière de la lampe que sa tête, à Elle, ne pressera plus, — ah ! jamais plus !
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Alors il me sembla que l’air s’épaississait, parfumé par un encensoir invisible que balançaient des séraphins dont les pas frôlaient le tapis de la chambre. « Infortuné ! — m’écriai-je, — ton Dieu t’a donné par ses anges, il t’a envoyé du répit, du répit et du népenthès dans tes ressouvenirs de Lénore ! Bois, oh ! bois ce bon népenthès, et oublie cette Lénore perdue ! » Le corbeau dit : « Jamais plus ! »
« Prophète ! — dis-je, — être de malheur ! oiseau ou démon, mais toujours prophète ! que tu sois un envoyé du Tentateur, ou que la tempête t’ait simplement échoué, naufragé, mais encore intrépide, sur cette terre déserte, ensorcelée, dans ce logis par l’Horreur hanté, — dis-moi sincèrement, je t’en supplie, existe-t-il, existe-t-il ici un baume de Judée ? Dis, dis, je t’en supplie ! » Le corbeau dit : « Jamais plus ! »
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« Prophète ! — dis-je, — être de malheur ! oiseau ou démon ! toujours prophète ! par ce Ciel tendu sur nos têtes, par ce Dieu que tous deux nous adorons, dis à cette âme chargée de douleur si, dans le Paradis lointain, elle pourra embrasser une fille sainte que les anges nomment Lénore, embrasser une précieuse et rayonnante fille que les anges nomment Lénore. » Le corbeau dit : « Jamais plus ! »
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« Que cette parole soit le signal de notre séparation, oiseau ou démon ! — hurlai-je en me redressant. — Rentre dans la tempête, retourne au rivage de la Nuit plutonienne ; ne laisse pas ici une seule plume noire comme souvenir du mensonge que ton âme a proféré ; laisse ma solitude inviolée ; quitte ce buste au-dessus de ma porte ; arrache ton bec de mon cœur et précipite ton spectre loin de ma porte ! » Le corbeau dit : « Jamais plus ! »
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Et le corbeau, immuable, est toujours installé, toujours installé sur le buste pâle de Pallas, juste au-dessus de la porte de ma chambre ; et ses yeux ont toute la semblance des yeux d’un démon qui rêve ; et la lumière de la lampe, en ruisselant sur lui, projette son ombre sur le plancher ; et mon âme, hors du cercle de cette ombre qui gît flottante sur le plancher, ne pourra plus s’élever, — jamais plus !

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 Miguel Oscar Menassa
"Miradas en la cumbre"