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mardi 8 novembre 2011

"El cuadro debe ser fecundo" - Joan Miró

En un cuadro hay que poder descubrir cosas nuevas cada vez que se mira. Pero puede mirarse un cuadro durante una semana y no pensar en él nunca más. También se puede mirar un cuadro durante un segundo y recordarlo toda la vida. Para mí, un cuadro ha de ser como descargas. Ha de deslumbrar como la belleza de una mujer o de un poema. Ha de tener una radiación, ha de ser como esas piedras que los pastores del Pirineo utilizan para encender la pipa.
Más que el cuadro mismo, lo que cuenta es lo que lanza al aire, lo que derrama. No importa que el cuadro se destruya. Ya puede morir el arte, que lo que cuenta es que haya esparcido sus gérmenes en la tierra. El surrealismo me gustó porque los surrealistas no consideraban la pintura como una finalidad. Más que preocuparnos por que una pintura permanezca tal como es, debemos preocuparnos por que una pintura deje gérmenes, que esparza semillas que hagan nacer otras cosas.
El cuadro debe ser fecundo. Tiene que hacer nacer un mundo. No importa si hay flores, personajes, caballos, si revela un mundo, algo viviente.
Dos y dos no son cuatro. Sólo son cuatro para los contables, pero eso no es suficiente; el cuadro lo debe dar a entender: ha de fecundar la imaginación.
No excluyo la posibilidad de que, al mirar uno de mis cuadros, un hombre de negocios descubra la manera de hacer un negocio o un sabio, la manera de resolver un problema.
La solución que constituye el cuadro es una solución de orden general aplicable a toda clase de ámbitos distintos.

Joan Miró


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