¿VIOLENCIA ....?
Entrevista con Amelia Díez Cuesta
GENOVEVA: Acabamos de escuchar a Sagrario Nieto, directora de la delegación de la mujer de la diputación de málaga, pero esta noche queremos contrastar la visión habitual sobre la violencia de género, de la mano de la psicoanalista de la escuela grupo cero Amelia Díez Cuesta, muy buenas noches.
AMELIA: Buenas noches
HELENA: Amelia, ayer se celebró el día contra la violencia contra las mujeres. Para comenzar, me gustaría aclarar conceptos, se habla de violencia doméstica, de violencia familiar, violencia de género. ¿Son la misma violencia, son distintas, por qué se habla de violencia contra las mujeres?
AMELIA: En realidad habría que hablar de violencia familiar, la familia es lo que heredamos de la especie, por el hecho de reproducirnos. Violencia familiar que incluiría también la violencia contra los niños y contra los ancianos, pero como los niños y los ancianos no han conquistado sus derechos y las mujeres sí, en tanto son trabajadoras, nos ocupamos de esa violencia y la llaman también violencia de género o doméstica porque doméstica refiere a la violencia en casa y de género porque refiere a la que ejerce el hombre sobre la mujer y la mujer sobre el hombre, y como primero es la mujer y después el hombre, en algún momento nos ocuparemos de la violencia ejercida por la mujer sobre el hombre, ahora nos ocupamos de la violencia ejercida por el hombre sobre la mujer.
GENOVEVA: ¿Se podría decir que el hombre manifiesta una violencia contra la mujer?
AMELIA: Aparentemente sí, aunque en realidad sea amor, goce o venganza. De manera inconsciente el deseo de maltratar se tiene que encontrar con el deseo de ser maltratada, si no es así no hay maltrato, es como cuando decimos que “dos no discuten si uno no quiere”.
HELENA: hemos escuchado que las propuestas de actuación por parte de las instituciones tienen que ver con las denuncias, las casas de acogida, la discriminación positiva hacia la mujer, sin embargo los datos de muertes aumentan en lugar de disminuir, ¿algo falla?
AMELIA: Son intentos de solucionar un problema que todavía no saben ni comprenden cuál es. Provocan más violencia porque lo siguen tratando sólo en su apariencia.
GENOVEVA: Muchas personas piensan que es el modo de vida actual, el aumento de la agresividad en la sociedad, los medios de comunicación, los culpables de ese incremento, ¿se podría hablar de que estos factores sociológicos son los responsables de esta violencia?
AMELIA: Eso entra como material de violencia, hace que aumente la violencia, pero no podemos decir que sea la fuente de la violencia. La fuente hay que buscarla en el deseo, y cuando partimos del deseo podemos decir que el que maltrata es un hombre que no se puede permitir desear a la mujer que ama, pero el deseo es contagioso y cada vez que ella desea, desee lo que desee, él tiene que desearla y se vuelve loco, y sólo puede pegarla. En cuanto a por qué la mujer se queda junto a quien la maltrata, tenemos que pensar que para ella el hombre es Dios, siente que sin él no tiene castigo, ni goce, ni protección.
HELENA: Recuerdo las palabras de Miguel Óscar Menassa, director de la escuela grupo cero, en un congreso, que hablaba de que es un hombre enamorado el que mata, que no soporta el rechazo de esa mujer. Esta pasada semana veíamos en la televisión un hombre que se declaraba entregado al amor de su ex novia y días después la mataba presuntamente. Podrías explicarnos esta cuestión, ¿qué tipo de amor es ese?
AMELIA: A mí me parece que Menassa dice que sólo un hombre enamorado es el que mata, que un hombre que la desea nunca mata a una mujer. En cuanto a ese hombre que presuntamente mató a su ex novia después de haber sido rechazado en TV es un tipo de hombre, como muchos otros, que su hombría depende de tener una mujer, viven escondidos delante de una mujer, y el ser rechazados es poner en cuestión su hombría, y si es por TV es ante mayor número de testigos.
GENOVEVA: Supongo que a nuestros oyentes les interesará especialmente conocer formas de evitar o de solucionar este tipo de vejaciones, ¿qué se puede hacer? ¿educar a los niños en la escuela sirve de algo? ¿Qué los agresores sean repudiados socialmente disminuirá las agresiones?
AMELIA: Cuando la mujer queda reducida a ser una función correlativa del yo del hombre, surge la violencia. Rectificar el “Yo soy tuya y tú eres mío” es reconocer a la mujer más allá de que sea su mujer, reconocer a los niños y a los ancianos más allá de que sean “sus niños”, “sus ancianos” , es decir de “su propiedad”. O se cambian los modos de relacionarse o no se podrá cambiar las relaciones violentas. Yo creo que es una cuestión psíquica y por eso hay que poner un remedio que contemple los cambios psíquicos, y eso es algo que propone el psicoanálisis. El psicoanálisis también aconseja a la mujer que lea, que se pase por la escritura. Desde el psicoanálisis sabemos que los actos eróticos de los padres son interpretados por los niños como actos de violencia. También sabemos de la existencia del masoquismo, es decir el placer en el dolor y de la necesidad de castigo por sentimiento de culpa. La violencia no tiene explicación por la lógica racionalista, la lógica de lo consciente, hay mujeres que merecerían ser pegadas por sus maridos, porque están todo el día despreciándoles, denigrándoles, chinchándoles, etc y no ocurre así. Hay mujeres que no se lo merecen, que tienen un comportamiento familiarmente correcto y son pegadas.
HELENA: Amelia, es este un tema espinoso, complejo y que muchas veces hablarlo con esta sinceridad y claridad produce resquemor en muchas mujeres. Creo sin embargo, que es la única forma de hacer algo para transformarlo.
AMELIA: Yo creo que para transformarlo hay que plantear esta cuestión de manera diferente a como se viene planteando, pero me parece que para que ella se transforme sólo es posible en psicoanálisis donde se le pide que no se engañe a sí misma y donde ella descubre cosas sobre sí misma que desconocía. Es donde se puede plantear estos temas porque fuera del psicoanálisis ella lo vive como una violencia que se ejerce sobre ella, fomentando su posición de víctima. Sabemos que todavía hay mujeres que van a denunciar y la policía no responde, todavía hay jueces que no consideran que la mujer es maltratada o violada porque encuentran justificaciones. Pensar que nadie merece ser maltratado aunque haya motivos sería llegar a ese nivel de civilización que todavía no hemos conseguido ni con el asesinato, pues aceptamos que ningún ser humano debe matar a otro ser humano aunque lo merezca, pero todavía en muchos Estados existe la pena de muerte y todavía existe la guerra donde matar y morir está permitido.
GENOVEVA: Muchas gracias por estar nuevamente en una cita en el diván y esperamos volver a contar contigo muy pronto.
AMELIA: Gracias a vosotras por permanecer haciendo cultura.
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